lunes, 29 de noviembre de 2010

PRONUNCIAMIENTO DE LA FRACCION DEL PLN

• El siguiente es un acuerdo de la Fracción del Partido Liberación Nacional:

 29 noviembre de 2010

Los diputados y diputadas del Partido Liberación Nacional apoyamos al Ex Presidente Oscar Arias Sánchez por su valiente artículo “No me voy a callar”, en respuesta a Julio Rodríguez. La mayoría de quienes estamos en la función pública hemos sufrido en carne propia, en algún momento de nuestra vida, el ataque a nuestras ideas, a nuestros argumentos o a nuestro honor, por parte de este columnista.
Tiene razón el ex Presidente Arias cuando dice en su artículo que: “don Julio Rodríguez quiere que renuncie a mi derecho de poder decir lo que pienso. Que calle sobre los problemas que aquejan a Costa Rica. Que me doblegue bajo la línea editorial o de su columna de opinión, pero no con argumentos serios y fundamentados, sino con insultos y ataques personales, como lo ha hecho desde hace casi 30 años. Pero no me voy a callar. No sólo porque abonaría su cinismo magistral, su fanatismo y su intolerancia, sino que no lo haré porque implicaría dejarlo hablando solo desde su tribuna soberbia e impoluta. Desde esa misma tribuna en la que, escudado bajo la etiqueta de periodista, ni rinde cuentas, ni reconoce verdades, ni acepta errores, ni se retracta de falsedades, ni se arriesga a trabajar por su país más allá de la silla de su escritorio.
Ya era hora de que alguien dijera en voz alta lo que nadie se atrevía a decir. Por muchos años este columnista ha dañado la honra de las personas. Los costarricenses estamos advertidos de que Julio Rodríguez jamás va a reconocer el gran legado que el Ex Presidente Oscar Arias le ha dejado a Costa Rica. Incapaz de aceptar ideas distintas a las suyas, se ha convertido en el columnista más intolerante del país.
Escribió don Oscar en respuesta al columnista de En Vela: “Don Julio insistirá en descalificar mis argumentos y en criticarme personalmente por hacerlos públicos. A diferencia mía, él tiene vía libre para publicar tres veces por semana lo que se le ocurra sobre cualquier tema o sobre mi persona, mientras que yo solo le respondo cada diez años.” Don Oscar podrá responderle a Julio Rodríguez cada diez años, pero nosotros no. En adelante, no guardaremos silencio cada vez que Julio Rodríguez agreda e insulte a cualquier ciudadano que cometa el pecado de discrepar de él, u ofenda la obra, los ideales y los liderazgos del Partido Liberación Nacional. Hoy, los diputados y diputadas del Partido Liberación Nacional le manifestamos a la opinión pública que, en el futuro, NO NOS VAMOS A CALLAR.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Periscopio

Plácido Domingo y la copla andaluza

E. Venegas Segura

No era inevitable que el tenor español Plácido Domingo, que se había relacionado desde la niñez con el mundo de la copla, en especial con el de la copla andaluza, terminara por extraer de esa experiencia la decisión de grabar trece piezas con las cuales no solo estaba rindiendo homenaje a los autores sino a los cantantes, en especial mujeres, que han dado a conocer ese tipo de canción. (Recordemos aquí a las grandes tonadilleras como Imperio Argentina, Conchita Piquer, Estrellita Castro, Imperio de Triana...) No era inevitable, pero uno se alegra de que lo haya hecho.
Domingo manifiesta: «La copla es siempre una historia (...), yo la llamo una ‘miniópera’», y no le falta razón. Con una letra siempre eficaz, frecuentemente de valores lírico-dramáticos, la copla andaluza presenta hechos y sentimientos enfocados por el lado de lo tremendo en cuanto al texto, e invadidos por una música que realza y embellece la expresión para arrinconar al oyente en el sitio del patio andaluz en que se dan las puñaladas o se recibe la angustia. No es que solo ella tenga tales características morrocotudas; pero la constancia con que estas se presentan conduce a una comparación como la que Domingo, implícitamente, hace con la ópera.
El disco Pasión española (Deutsche Grammophon) recoge canciones de algunos de los más importantes compositores populares españoles del siglo 20: señaladamente Mostazo, Quiroga y Monreal. Las piezas seleccionadas (en primer lugar la tercera: esa joyita que se llama «La bien pagá», de Perelló y Mostazo) constituyen una verdadera antología de la canción española, completada precisamente con «Suspiros de España», de Álvarez,  del cual dijo Francisco Alonso que era el mejor pasodoble que se había compuesto.  Habría que señalar que mientras en su grabación «clásica» (la de Los Churumbeles)  «Cariño verdá», de Muñoz y Monreal, era una habanera, en este disco se interpreta como bolero: no es lo mismo, aunque los dos ritmos sean caribeños. Por otra parte, hay que agradecer que los responsables de la grabación hayan aplicado un sentido del equilibrio, en cuanto al orden del programa, que a estas alturas casi se ha perdido.
Es preciso tener en cuenta que ya estamos lejos de los grandes arreglistas de los años cincuenta. Era una época en la que la obra musical atraía el mayor interés, y por esto se le daba importancia a la orquesta. El cantante venía a ser como un instrumento más (aunque destacado) del conjunto orquestal. Con esta visión, el arreglo resultaba claro, limpio, a veces incluso genial. Quiero recordar ahora, como dignos ejemplos, las orquestaciones de dos obras populares: «Tengo miedo, torero», grabada con Conchita Martín, y «Concierto de otoño», con Arturo Gatica. En ellas ningún criterio se colocaba por encima de la música. En este disco, por el contrario, la Orquesta de la Comunidad de Madrid, dirigida por Miguel Roa, parece concebida solamente como instrumento para acompañar. Faltan en los arreglos el brillo auditivo y la transparencia que corresponderían a la tal «pasión española». La orquestación de Emilio Aragón para «Falsa moneda» (de Perelló, Cantabrana y Mostazo) me parece inclusive inesperada e indebidamente oscura.
El nombre del guitarrista José María Gallardo del Rey se destaca en la contraportada; pero no está bien que así sea. Su labor de dibujante de arabescos no es la de un verdadero solista de guitarra. Igual podrían haberse mencionado por aparte los oboístas, pongamos por caso.
Los méritos del disco corresponden sin duda a Plácido Domingo. El oyente llega a olvidarse de su pequeña aprensión de que la voz de tenor dramático pueda resultar un poco pesada para un repertorio como este. Domingo hasta se da el gusto de recordar su pasado de barítono jugando con las notas graves en «Suspiros de España».Todas las piezas son entregadas por el cantante «con temperamento, con calor, con sentido», para usar las mismas palabras del tenor que cita Carlos Santos en su nota de presentación. Dicho sea de paso, la versión de «No me quieras tanto» (Quintero, León y Quiroga) merece figurar en la lista de grandes interpretaciones vocales que alguien tendrá que hacer algún día.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Comentario


Los mapas deben ser verificados en el terreno
Freddy Pacheco*

Como parte de sus argumentos en la OEA, el embajador nicaragüense, reclamó que los mapas que señalan los límites entre Costa Rica y Nicaragua, “deben ser verificados en el terreno”. Que para ello se ha de reactivar una subcomisión que se encargaría del amojonamiento para que, basada en el Tratado Cañas – Jerez (1858), el laudo del Presidente Cleveland (1888) y los laudos de Alexander (1897-1890), principalmente, se ubiquen en tierra los sitios en que habrán de colocarse los hitos o mojones que realmente corresponden. 
Aunque el señor Moncada usaba su argumento para dar a entender que lo que todos conocemos como río San Juan… no lo es; que UN CAÑO trunco en la costa de la laguna de Los Portillos constituye el verdadero río que Nicaragua considera tiene el margen que marca el límite con Costa Rica, lo cierto es que no solo generalizó su cuestionamiento a los croquis que, por ejemplo aparecen en las Actas Alexander, sino que lamentó que los representantes gubernamentales costarricenses no hubieren formalizado con su firma las actas levantadas por una subcomisión binacional en 1994, donde supuestamente se ubicaban con técnicas modernas los puntos en que habría que ubicar 136 mojones a lo largo de la frontera. Noticia ésta que ha de alegrar a los costarricenses en vista de que esa “densificación” en el amojonamiento se sustentó en UN GRAVE ERROR que no se puede dejar pasar cándidamente. 
Si tal error se formalizara, Nicaragua estaría viendo aumentado su territorio en UN ÁREA equivalente a la que suman los cantones de San José, Palmares, Barva, Santo Domingo, Belén, Escazú, Goicoechea, Alajuelita, Tibás y Moravia. Doscientos noventa y siete kilómetros cuadrados (297 km2) de territorio costarricense estarían siendo regalados, en un acto de altruismo excepcional, en la zona limítrofe al sur del Lago de Nicaragua. 
Pues sí, aunque parezca un cuento de mal gusto, gracias a decisiones tomadas hace 16 años en la cancillería tica y el Instituto Geográfico Nacional, 297 km2 de superficie costarricense del norte del país, perdería, si lo permitimos, su carácter tico si se regalaran al país vecino. Decisiones que, como se podrán imaginar los estimables lectores, SE OPONEN a lo señalado en el Tratado Cañas – Jerez y a demás documentos alegados como válidos y de obligado cumplimiento por la representación nicaragüense ante la OEA. 
Ahora bien, si el asunto fuere confuso y necesitara de una compleja interpretación, tal vez justificaríamos tal afrenta al suelo patrio, pero como no lo es, reclamamos de parte de nuestros gobernantes el respeto por dicho Tratado de límites y por la Constitución Política, en cuanto a que "Nadie puede arrogarse la soberanía", como lo han hecho los responsables de este desaguisado técnico-diplomático. ¡Veamos cuan sencillo es! : Resulta que el Tratado Cañas - Jerez dice claramente que "La línea divisoria de las dos Repúblicas…" ha de seguir "un curso que diste SIEMPRE DOS MILLAS… de la margen derecha del propio Lago". Sin embargo, nuestros brillantes y generosos funcionarios, hace tan solo 16 años (en 1994) insistieron en una línea divisoria que en un punto está alejada ¡5, 5 MILLAS de dicha margen! 
Línea divisoria que, como lo puede comprobar usted amigo lector con solo una rápida mirada a cualquier mapa de Costa Rica, jamás sigue lo estipulado en el Tratado firmado hace 152 años. ¿Y por qué? se preguntarán ustedes. Pues porque algunos se arrogaron la soberanía de Costa Rica y actuando a nombre propio, promovieron y siguen defendiendo (un poco en las sombras) una delimitación que nada tiene que ver con lo acordado a mediados del siglo XIX y que tiene plena vigencia. 
Como parte de sus argumentos han hecho uso torcido de los textos de las actas de la llamada Comisión Alexander que para entonces se habían robado de la Cancillería. Interesa además señalar que Gral. Alexander, en el Laudo N°4, cita cinco veces, que la distancia de la frontera a la margen del Lago, ha de ser de DOS MILLAS. Así que no podían citar un documento que ni siquiera tenían en su poder, los funcionarios públicos del Instituto Geográfico y la Casa Amarilla, para justificar el regalo que generosamente se sintieron capaces de hacer. 
Por otro lado, más allá de los inmerecidos maltratos a que han sido sometidos los vecinos de las tierras regaladas por unos despistados empleados públicos, por su investidura, ha de tomarse en cuenta lo expresado por el ex-presidente José María Figueres: "…se realizó un amojonamiento en línea recta, cuando lo que correspondía era hacerlo paralelo al borde del lago de Nicaragua, según lo establece el Tratado Cañas Jerez" (La Prensa Libre, 7.9.94) 
Por todo lo anterior (y más) instamos muy respetuosamente a acoger la propuesta del gobierno de Nicaragua en el sentido de hacer un amojonamiento moderno basado en los textos citados. Así, se corregiría el error cometido por funcionarios ticos que actuaron como dueños de una finca que les había caído del cielo. ¡Parece tan fácil ubicar, con exactitud milimétrica, los mojones a 2 millas del lago de Nicaragua!
Ha de quedar claro que los nicaragüenses manifiestan nuevamente que jamás han pretendido, el irrespeto al Tratado Cañas - Jerez, cuando más bien su actitud oficial ha sido la de defender fielmente lo allí estipulado, aunque lo que está sucediendo con el territorio tico que forma parte de la isla Calero les contradice. Por nuestra parte, esperamos consecuencia de parte de los gobernantes costarricenses que, para dicha de todos, obviaron ratificar con su firma las actas de los 136 mojones ubicados en 1994, tal y como recordara en la OEA el embajador nicaragüense. 

*Catedrático UNA

lunes, 15 de noviembre de 2010

CANAL NICA EN TIERRA TICA

Más allá de que se hubiere cambiado el nombre de la laguna Los Portillos (por “Los Potrerillos”) el artículo “Dragado del río San Juan” (La Nación, 14.11.10) en que el geólogo Allan Astorga establece “un modelo sedimentológico y las consecuencias ambientales” que tendría la excavación de un canal que conectaría el río San Juan con la citada laguna salobre, parte de una grave omisión: que dicho canal artificial se excavaría a través de territorio costarricense y que por tanto NO se puede siquiera proponer.

No se puede plantear una evaluación ambiental transfronteriza, como lo propone él, pues simplemente no cabe hacer un estudio de impacto ambiental para un proyecto que se desarrollaría en el lote del vecino, y sin permiso de éste.

En esa zona todo territorio situado más allá de la margen derecha del río San Juan es costarricense, por lo que no son de recibo los argumentos del régimen de Daniel Ortega de que la destrucción se está dando en tierras nicas, como lamentablemente se infiere en el artículo que cuestionamos.

Freddy Pacheco León
Heredia

viernes, 12 de noviembre de 2010

Comandante 0 tico

Con su característica fisga, el escritor herediano, Eduardo Villalobos Yannarella, nos regala su punto de vista sobre el problema fronterizo con Nicaragua.


Al señor Edén Pastora
siempre con sus necedades
se le ha ocurrido ahora
invadir Costa Rica,
quitarnos un terrenito
y poner una base nica
para sus necesidades.


Como el asunto promete
ser grosero y muy hediondo,
le pedimos a la OEA
que obligue al soldadete
para que cabe bien hondo
muy al norte del San Juan
y construya su retrete.


Debería recurrir
al señor Daniel Ortega
quien por ahora es su amigo,
para que le quite la pega
calentándole el ombligo,
dándole a beber limón
bicarbonato azúcar y sal,
y se le forme un babasal,
que le pare el pringapié


Los ciudadanos de tiquicia
al comandante logrero
por escupirle la mano
y traicionar con malicia
a quien con él fue sincero
rebautizamos de nuevo
agregándole un poquitico
y a quien antes fue sólo cero
le agregamos cero tico.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Nicaragua quiere completar el amojonamiento

Freddy Pacheco 
Escuela de Ciencias Biológicas, UNA
 
Costa Rica, LUEGO DE RESOLVERSE LA SALIDA DE LAS FUERZAS ARMADAS NICARAGÜENSES DEL TERRITORIO COSTARRICENSE, no debería tener ninguna reserva para completar el amojonamiento a todo lo largo de la frontera. En la región en conflicto el trazado de la frontera está claramente descrito en el Tratado Cañas - Jerez y en las Actas de la Comisión Alexander, por lo que no hay duda alguna que cualquier cm2 localizado en la llamada isla Calero es costarricense.
Así que, si se quiere amojonar la margen derecha ( ! ) del río San Juan -aunque parezca innecesario- pues que se haga. Donde iría a resultar más interesante el amojonamiento, DE ACUERDO AL TEXTO DEL TRATADO DE LÍMITES, es en la región al sur del lago de Nicaragua donde se habrá de marcar una LÍNEA SEPARADA EN DOS MILLAS DEL BORDE DEL LAGO, hasta llegar al río Sapoá, para así corregir -por ejemplo, la ubicación teórica de un mojón situado 3,5 millas más al sur de donde le corresponde convencionalmente.

Si el Tratado Cañas - Jerez ha de respetarse en todo lo en él estipulado, pues hagámoslo sin segundas interpretaciones y con la claridad que demadan las circunstancias.



EL LÍMITE SEGÚN TRATADO CAÑAS-JEREZ

“La línea divisoria de las dos Repúblicas, partiendo del mar del Norte, comenzará en la extremidad de Punta Castilla, en la desembocadura del río San Juan, de Nicaragua, y continuará marcándose con la margen derecha del expresado río, hasta un punto distante del Castillo Viejo, tres millas inglesas, medidas de las fortificaciones exteriores de dicho Castillo, hasta el indicado punto. De allí partirá una curva, cuyo centro serán dichas obras y distará de él tres millas inglesas, en toda su progresión, terminando en un punto que deberá distar dos millas de la ribera del río, aguas arriba del Castillo. De allí se continuará en dirección al río de Sapoá, que desagua en el Lago de Nicaragua, siguiendo un curso que diste siempre dos millas de la margen derecha del propio lago hasta el expresado río Sapoá, en donde terminará esta línea paralela a dichas riberas. Del punto en que ella coincida con el río Sapoá, el que por dicho debe distar dos millas del lago, se tirará una recta astronómica hasta el hasta el punto céntrico de la bahía de Salinas, en el mar del Sur, donde quedará terminada la demarcación del territorio de las dos Repúblicas contratantes.

Mi opinión

Invasión del Ejército Nicaragüense a Costa Rica: 
UNA ATROCIDAD Y ALGO MÁS


Por: Dr. Johan Alberto Chavarría 
Médico Cirujano- Enfermero 
Contador y Administrador de Empresas

Como ya es sabido, en las últimas semanas hemos estado viviendo una situación apremiante que nos llena de indignación, no solamente a nosotros los centroamericanos, sino al mundo entero; en donde la paz cuelga de un hilo debido a actos de repudio total. Como todos conocemos, las acciones de ocupación que ha emprendido el gobierno nicaragüense sobre territorio de isla Calero, en la margen derecha del río San Juan, han despertado una serie de sentimientos de repudio. Estos hechos, llevados a cabo por el gobierno nicaragüense, y encabezados por Daniel Ortega y Edén Pastora, van en contra de todos los esfuerzos que se hayan realizado para consolidar la paz, en esta región americana tan golpeada.
La incursión del ejército nicaragüense en la margen derecha del río, específicamente en isla Calero, es sin duda un completo atropello a la soberanía costarricense, ya que esta porción de tierra no le pertenece a Nicaragua; como lo afirman los miembros del gobierno de este país. Es una clara violación al tratado Cañas-Jerez de 1858, y a los Laudos Cleveland y Alexander. Ya es hora de que el pueblo nicaragüense despierte de este sueño, provocado por la falsa nube del “patriotismo” que el gobierno pretende, con el fin de crear una cortina de humo y así desviar la atención de nuestros vecinos nicaragüenses ante la espeluznante crisis que vive Nicaragua, no solo económica y social, sino también política. 
Esta maniobra realizada por Ortega, es sin duda una patraña que intenta ganar adeptos para los comicios del próximo año, en donde este mandatario nuevamente pretende ser reelecto. Sin duda alguna serán unas elecciones muy cuestionadas, como lo es todo su gobierno. Sabemos que su reelección es muy discutible en Nicaragua, ya que la resolución de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) fue aprobada por magistrados afines al gobernante del Frente Sandinista, y el propio presidente de la CSJ nicaragüense determinó la ilegalidad de este fallo, calificándolo de "anarquía legal" a razón de la manera en la que se integró el quórum, lógicamente a beneficio de don Daniel. 
Esto sin duda nos muestra una pincelada de lo que es capaz de hacer Daniel Ortega para estar en el poder, y sin duda utilizará cualquier artificio para mantenerse en él; como por ejemplo invadir el vecino país del sur, y alegar que Costa Rica quiere el río San Juan, lo que muestra su mala intención. Lo irónico del caso es que los hijos de este mandatario viven en Costa Rica, en una zona lujosa de Escazú, en una casa de ricos; estudian en una universidad privada en San José y viajan constantemente fuera del país con pasaporte diplomático, mientras su pueblo vive los estragos de la pobreza y la miseria. Hoy, este gobernante es íntimo amigo del ya conocido en Costa Rica Edén Pastora, que como recuerdan todos los ticos; recibió comida, alojamiento y hasta atención médica en nuestro país, cuando colegas en el Hospital México le salvaron la vida por el atentado de la Penca,[1] y ahora les muerde la mano como un malévolo chacal y los hiere a traición al igual que Judas.
Este llamado Comandante Cero se olvida que fue recibido con los brazos abiertos en Barrio Los Ángeles en Cartago[2] y ni que decir en Barra del Colorado; se olvida de que sus vecinos lo ayudaban con la comida que se llevaba a la boca. En esta nación, que ahora invade y ultraja de manera inescrupulosa, se le brindó apoyo de diversa índole para que llevara a cabo su lucha; pero hoy día nos damos cuenta de que nunca tuvo ideales y que contrariamente a lo que predicaba en los años 80, hoy sólo lucha para beneficio propio al marchar junto a Ortega incursionado en tierras costarricenses, como si fuera el rey persa Jerges tratando de conquistar el mundo Helénico. Y como si fuera poco, tiene el cinismo de justificar la incursión de una tropa de su país a territorio de Costa Rica tomando como referencia a Google Map. 
Nos preguntamos, ¿cuáles son las verdaderas intenciones de Pastora al invadir suelo tico? Tal vez todavía pretende proclamarse gobernante de la zona norte o tener su propio país para él solo, tal como lo mostró en las acciones realizadas en abril de 1984, cuando consiguió tomar algunos enclaves en la costa atlántica, donde proclamó la República Libre de San Juan del Norte, para ser desalojado poco después por el ejército sandinista. O quizás sea este un punto estratégico para realizar negocios oscuros con el narcotráfico. La lucha contra el narcotráfico, esta es la excusa que argumentan para justificar la incursión militar en la zona norte costarricense, pero detrás de esto se esconde el deseo de ocupar territorios ticos y apoderarse de estos, violentando el tratado limítrofe y los laudos, interpretándolos a conveniencia, burlándose de todos, creyendo que somos idiotas. A mi parecer, los dos personajes de esta tragicomedia de pésima actuación, son unos terroristas que pretenden llevar a la región al caos y al odio. 
Me da risa y repudio a la vez, al escuchar las palabras del señor Denis Moncada embajador de Nicaragua en la OEA que afirma que TROPAS ARMADAS TICAS INCURSIONAN EN TERRITORIO NICA, pero yo me pregunto: ¿cuales tropas? si Costa Rica no cuenta con fuerzas armadas desde 1948 y lo que se tiene es un cuerpo policial que jamás podría enfrentarse a un ejército, por más pequeño que este fuera. Pero, ¿cuál ejercito vio el señor Moncada? Todo está claro, esto es una manipulación de mentiras y tretas para jugar con su pueblo como si fuese una marioneta. 
Es indignante ver en las imágenes de los noticieros, transmitidas el día miércoles 10 de noviembre del presente año, donde se muestran militares nicaragüenses cruzando la zona fronteriza, ignorando los mojones e incursionando en territorio tico con armas de grueso calibre, sembrando el miedo en los pobladores costarricenses, esto en la región del Mar Caribe, cerca de la desembocadura del San Juan. Es una situación real, se observa claramente en las imágenes televisivas. También se sabe que militares nicas decomisan las embarcaciones a pescadores ticos en aguas costarricenses y les cobran cifras que oscilan entre 2000 y 3000 dólares para devolverlas. Estos actos no son dignos de un ejército que se supone está luchando contra el crimen y el contrabando en la región, es mas, parecen una banda de mercenarios sin ninguna consigna más que robar. Pero juzguen ustedes, ¿no es esto un ultraje y una atrocidad? ¿No son repudiables estos hechos?
Cuesta creer que en esta Centroamérica, que se supone debería de luchar unida para salir de la caótica situación en la que ha estado inmersa las últimas décadas, pasen estos actos repudiables y existan personas que se creen Alejandro Magno y Napoleón Bonaparte y que pretendan ser Conquistadores.


[1] Quesada, L. (10 de Noviembre de 2010). Nicaragua Hoy. Recuperado el 11 de Noviembre de 2010, de www.nicaraguahoy.info
[2] Ibíd.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Urge Amojonar la frontera con Nicaragua

Freddy Pacheco
Catedrático UNA

Mientras la Cancillería responde la nota remitida por el gobierno de Nicaragua en que se acusa a las autoridades de Costa Rica de haber violentado su soberanía territorial, los costarricenses hemos de congratularnos por la propuesta que hace el vicecanciller nicaragüense en el sentido de “que en la Comisión Binacional se retomen a lo inmediato las acciones de densificación y señalamiento de los hitos fronterizos (amojonamiento), conforme a los derechos establecidos en el Tratado de límites Jerez Cañas y sus instrumentos laudo Cleveland y laudos Alexander”. Propuesta que viniendo de las autoridades del hermano país ha de ser acogida con beneplácito y al pie de la letra.

Tal solicitud necesariamente se relaciona con la situación dada hace un par de semanas, cuando dos funcionarios judiciales fueron apresados por miembros del ejército nica mientras caminaban en un lugar situado A MÁS DE 4 MILLAS del borde del Lago de Nicaragua, en la comunidad de La Cruz de Upala (La Nación, 14/10/10).  Situación que llama la atención pues, sustentados en el texto del Tratado Cañas – Jerez, que desde 1858 señala el rumbo inequívoco de la “línea divisoria de las dos Repúblicas”, hay razones de sobra para concluir que los dos funcionarios ticos se encontraban EN TIERRAS COSTARRICENSES y no, como se reclamó, un par de pasos dentro de Nicaragua.

Según el Tratado, y los laudos recordados por la cancillería nicaragüense, la delimitación sigue la margen derecha del río San Juan, desde Punta Castilla hasta tres millas antes de Castillo Viejo. Luego, la línea divisoria sigue “un curso que diste SIEMPRE DOS MILLAS de la margen derecha del río San Juan… y de la margen derecha DEL PROPIO LAGO hasta el expresado río Sapoá”. Quedando claro así, que la delimitación al sur del Lago de Nicaragua, ¡que ha de respetarse!, ha de ser una línea ubicada siempre A DOS MILLAS DEL LAGO; ni más al sur, ni menos al norte.

En las Actas de la Comisión de Límites (1897-1900) que tuviera como árbitro al Gral. E. P.  Alexander, estructurada con el objetivo de “definir y amojonar la línea divisoria” (labor lamentablemente inconclusa) se cita en CINCO oportunidades que la distancia de la frontera a la margen del lago de Nicaragua ha de ser de DOS MILLAS. Por ello, porque Nicaragua lo pide y Costa Rica lo demanda para tranquilidad de ambos Estados vecinos, es necesaria “la densificación y señalamiento de los hitos fronterizos” en forma tal que con mojones ubicados a lo largo de la línea divisoria definida en el Tratado Cañas – Jerez, ticos y nicas podamos conocer con certeza, cuándo una persona tiene un pie en suelo de uno u otro país.